LA CAIDA DEL IMPERIO BIZANTINO
El imperio Romano es considerado como el más importante de su época debido al gran legado que dejó, además de que en el transcurso de su desarrollo logro conquistar una gran extensión de territorio, el que, fue dividido en dos: el imperio de oriente y el de occidente.
El imperio de oriente también llamado Bizantino cuya capital fue la ciudad de Constantinopla (en honor del emperador Constantino) duró mil años más que el de occidente hasta que los persas tomaron la capital en el año de 1453. El Imperio Bizantino fue un Imperio cristiano medieval de cultura griega; inicialmente su territorio abarcaba todo el Mediterráneo oriental, pero con el tiempo fue sufriendo importantes reducciones territoriales. Fue atacada constantemente por diversos grupos hasta que finalmente fue sitiada por los Turcos otomanos y aunque fue defendida por sus pobladores heroicamente, quienes cada vez que su muralla era socavada ellos salían a repararla mientras sus soldados repelían los ataques finalmente cayó el 29 de mayo de 1453 lo que fue un suceso histórico que, según algunos historiadores, marcó el fin de la Edad Media en Europa y el fin del último vestigio del Imperio romano de Oriente y de la cultura clásica.
Los turcos una vez que dominaron Constantinopla, la convirtieron en su capital renombrándola Estambul, cerraron el paso a los comerciantes europeos y se consolidaron en un poderoso imperio que controlo el mediterráneo, este hecho tuvo grandes consecuencias ya que obligó a los europeos a buscar otras rutas para comerciar con el resto de oriente y esto llevo al descubrimiento de nuevas rutas.
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